jueves, 31 de mayo de 2012

Peláez: "Se está invirtiendo en un futuro que nos va a llevar a una situación caótica"




El periodista, escritor y viajero Juan Peláez está muy relacionado no sólo con la comunicación oral, sino también con la física, y acuna ambos conceptos en su día a día.

Juan Peláez, periodista, escritor y viajero, entre muchas otras cosas, nació en Madrid, pero posee una mitad andaluza de la que se siente realmente orgulloso. Juan es, además de un gran fotógrafo, físico y profesor de yoga, un aventurero muy comprometido con el medio ambiente y con la sociedad de su tiempo.

Mantiene colaboraciones en innumerables fundaciones como ONCE, Himalayan Rescue Assotiation o Cruz Roja de Montaña. Además de ser un férreo defensor de los derechos humanos, denunciante de las injusticias sociales y “devorador de libros”, combate contra los eufemismos, los conflictos armados o la destrucción del planeta.

“Sin la pasión, el mundo permanecería inmóvil, sin vida”, comenta. Y es que, su pasión por la vida y el saber le ha llevado a más de 60 países, a escribir una docena de libros y a cabalgar entre la espiritualidad y tranquilidad del yoga con los deportes de alto riesgo.

Peláez está muy relacionado no sólo con la comunicación oral, sino con la física, y acuna ambos conceptos en su día a día. Utiliza sus técnicas de comunicación y habilidades adquiridas en la formación de estrategias de comunicación para las empresas (PNL) y la relación de éstas con los medios. Además, realiza talleres para la mejorar comunicación oral, escrita, la meditación y la relajación.

Gran pensador y comunicador, realiza una serie de reflexiones sobre la situación actual e intercambia apreciaciones propias con aspectos sociales, económicos y políticos emergentes en nuestra contemporaneidad.

La globalización, arma de doble filo:

Todo en este mundo es dual. La globalización tiene una parte muy positiva y otra negativa. Es decir, se ha globalizado la pobreza y la explotación y además, varios teóricos cuentan que después de la caída del muro de Berlín, el único modelo posible que existe es el neoliberalismo que actualmente tenemos y que es el que nos está conduciendo a esta crisis brutal.
La parte positiva de la globalización y de las nuevas tecnologías es que nos están permitiendo cosas increíbles como, por ejemplo, la enseñanza en tribus a usar web cam para controlar la explotación de recursos en la selva Amazonas. Luego tiene las dos partes. Es como decir que en internet hay pornografía. En internet no hay nada que no pueda haber, por ejemplo, en un kiosco. Lo único que, para determinados sectores, internet es muy peligroso porque permite la fluctuación de información rápidamente y que haya una interconexión enorme de información. Con el auge tecnológico hay que saber dónde buscar y, sobre todo, ser más sensible con lo que está ocurriendo.

Situación actual del periodismo:

Dicen tradicionalmente que los periodistas son los que más sabemos de nada. Y es que no hay mucho tiempo para fluctuar a la velocidad en la que se mueve la realidad, ni para la especialización de los periodistas. Eso hace que el tratamiento de la información sea en superficie, pero no en volumen.
El periodismo se ha convertido, porque le interesa al mercado, en un gabinete de comunicación, ya sea para trabajar en un medio o en una empresa. Y esos gabinetes representan grandes complejos empresariales o de partidos políticos. A su vez, la objetividad del periodista, cada vez, está más puesta en entredicho. Por ejemplo, a nivel internacional, los americanos aprendieron muy bien en la guerra de Vietnam, ya que cambiaron sus estrategias de comunicación y en vez de ir como periodistas libres siguieron la información desde dentro de un ejército. Al final, lo que hace es limitar, ya que sólo informa sobre lo que ellos quieren y de la forma que les interesa. En el lado opuesto se encuentra la figura de los FreeLancer, que son cada vez menores por los elevados costes. El periodista, además, se ha convertido en el objetivo. Antes se le respetaba y ahora es un elemento de presión para los gobiernos.

El panorama, además, se empobrece, porque tener medios de comunicación y periodistas informados no interesa y entonces en España la situación del periodismo es bastante complicada. Creo que ahora es fundamental que hubiera medios de comunicación independiente, y eso se está logrando gracias a la contrapartida de internet y la posibilidad que tenemos los periodistas y cualquier persona de denunciar la situación actual. Estamos llegando, al igual que a un mercado único, a un periodismo único. Interesa que todos los periodistas vayamos en una línea determinada, que no critique al sistema, y eso lo estamos viendo en todas las televisiones, donde hay asalariados de los partidos políticos que defienden, prácticamente y sin ningún criterio, las ideas de los partidos.

¿Narcotismo social?

Tenemos lo que nos merecemos. Hace poco se publicaron las cifras del umbral de pobreza y son sobrecogedoras. Por tanto, el sistema ha fracasado. Habría que llevar a cabo acciones alternativas que existen y que muchos teóricos, como economistas, sociólogos o premios nobeles, están proponiendo.
Pero el problema radica en que esas alternativas no se quieren escuchar. Por eso tenemos un gobierno corrupto e inepto que está invirtiendo en un futuro que va a llevar a España a una situación caótica en pocos años. Hace algún tiempo, participé en unas conferencias donde ya preveíamos esta crisis y ahora estamos previendo que la situación dentro de un futuro un poco más lejano entre en una situación muy crítica. Se están perdiendo todos los derechos sociales y luchas sindicales de todo el siglo XIX prácticamente. Además, se está recortando en unos sectores que son educación y sanidad, y de una manera absolutamente interesada y programada.

Comunicación y 15M

Los gabinetes de comunicación están dando una visión de qué es lo que está ocurriendo en determinado países del mundo, en Latinoamérica, en los países árabes y aquí con el 15-M. Se está demonizando la crisis árabe como si estuviera llevada a cabo por terroristas y no por gente que está indignada y harta de tanta corrupción e injerencia de las políticas de occidente.

El problema:

El problema es que el movimiento del 15 M no es mayoritario. No responde a un trasfondo de cambio social. Mi percepción es que existe una minoría necesaria e imprescindible para que esto se mueva pero es una minoría que no es comparable a lo que está sucediendo en los países árabes. Hay toda una estrategia montada por parte de la ultraderecha que nos está gobernando para demonizar y convertir en delincuentes a través de los intentos para cambiar la ley. Están haciendo una estrategia de comunicación muy inteligente y es que equiparan a gente de calle al terrorismo.

Además, el movimiento asociativo en España nunca ha tenido mucha fuerza, puesto que no ha interesado. De hecho, la gestión de los centros culturales en Madrid podría estar gestionada por asociaciones y, en lugar de eso, se ha privatizado. Esto tiene una coste muy grave, porque cuando hay que responder ¿quién lo hace?, si no hay asociaciones, tampoco tradición asociativa, y además los sindicatos están vendidos, entre comillas, al Gobierno.

Proceso asambleario y la democracia:

Me parece que está en manos de la juventud. Los más jóvenes son los que por edad y por psicología evolutiva tienen que promover todo ese tipo de cosas. Hay que cambiar un paradigma completo y a eso es a lo que está respondiendo el movimiento del 15M. Es decir, se puede funcionar de otra manera y hay determinadas herramientas para gestionar la democracia real en vivo, para gestionar la economía de otra forma y para la participación ciudadana. Pero eso no interesa. Cuanto más se mueva la gente para pedir un cambio, cuanto más se mueva el movimiento asambleario, más radical se va a volver el otro lado. Ley de lo blanco y lo negro. Se trata de un juego de estrategia, lo que se llama sistema de autopoiético. Eso quiere decir que yo muevo algo y todo el sistema se recompone. España nos está costando mucho dinero y Alemania se está beneficiando a cero. ¿Eso es inocente? Ahí hay un interés.

Polarización Norte-Sur:

Hay que tener cuidado al hablar de la polarización norte-sur. Rumania o Bulgaria son Europa y si viajas allí te das cuentas de que están al mismo nivel que Perú. Hay que tener cuidado con las palabras porque incluso hasta las propias palabras son una trampa. Por ejemplo, si yo te hago un regalo, me responderás gracias y yo te contestaré “de nada”. Así toda la energía que yo he puesto en regalarte eso no lo estoy valorando. No olvidemos que venimos de una civilización, y esto no es nada inocente, judeocatólica donde en el fondo está el sufrimiento y quien vale es Dios, por tanto, no interesa que yo como persona me valore. Entonces, dentro del lenguaje general tenemos una serie de frases que van justo en contra de mi propia valoración personal y por tanto, como individuo, dentro de un colectivo. Así el cura, el político o el militar valdrán más que yo. Las estrategias de la comunicación están jugando permanentemente con las palabras. No es casual que al movimiento 15-M lo estén asociando con el terrorismo, ni tampoco que lo asocien a la primavera árabe.

Fuerza de la palabra:

En la actualidad no hay opción de diálogo. "Estás conmigo o contra mí" y el tema de cooperación no existe. No está dentro del mercado. Y responde a unos esquemas muy primarios. Ahora mismo se está hablando de gestionar el mundo desde el punto de vista más femenino y no porque lo haya gestionado las mujeres sino por los valores asociados ellas como la tolerancia, la cooperación, el diálogo, el trabajo en red o asociativo. Eso forma parte del mundo femenino, mientras que nos movemos ahora dentro del mundo masculino con el neoliberalismo donde prevalece la competencia y el "yo gano y tú pierdes". No hay posibilidad para la negociación y así es como estamos gestionando el mundo y la educación. La comunicación debe ser un proceso de comunión y ese es un proceso mucho más amplio que la propia comunicación.

Guerra encubierta:

Coordiné hace poco unas conferencias donde, un grupo de economistas, sociólogos y demás teóricos de diferentes partes del mundo, sacaron nefastas conclusiones. Después de revisarlas, tengo pocas esperanzas de que de aquí a final de siglo la humanidad sobreviva.  Los datos de cambio climático, que gestionan los profesionales en la materia y los datos de los investigadores del terreno, son catastróficos y nos lo están ocultando. El entrenamiento de periodista si algo te da es aprender a mirar mientras parece que no miras, que es lo más inteligente, pero cuando estás ante esas situaciones empiezas a cruzar datos.

Alternativas, posibilidad de cambio:

Hay esperanza. Poseemos campos electromagnéticos que nos permite interactuar con los demás. Esos campos electromagnéticos también están en la tierra y están cambiando. Es lo que se ha denominado las líneas de Harman. Ahora se está produciendo un aumento de frecuencia y eso hace que se esté produciendo un cambio a todos los niveles que tiene que ver también con nuestra propia espiritualidad, es decir, cómo nos percibimos a nosotros mismos ya no solo con nuestras señas de identidad sino con respecto al universo (todo lo que tenemos a nuestro alrededor). Somos un organismo caótico de ecuaciones en el que todas las variables están interrelacionada. Modificamos algo en algún sitio e inevitablemente se produce algo en otro. Durante muchos años nos hemos dedicado solo al estudio y desarrollo de la parte intelectual, de negocios… y ha llegado el momento de hacer un cambio hacia lo personal. A empezar a mirarnos de otra manera. Si no hay un cambio personal difícilmente podemos esperar un cambio hacia fuera.

No hay que olvidar que esta crisis no es solo una crisis económica, sino que va en volumen. Es una crisis de moral. Se puede apreciar en cómo están o estamos gestionando los recursos que creemos que son nuestros y el neoliberalismo, que se traduce en la gestión para cuatro años que es lo único que interesa, no está mirando a las generaciones posteriores. Si no empezamos a cambiar nuestras formas de pasamiento y nuestro paradigma no cambia, estamos abocados al fracaso. Es un proceso lento ya que no estamos acostumbrados pero es la esperanza que nos queda.

Acción ciudadana:

Hay que adoptar un cambio de estrategia. No se puede utilizar los mismos parámetros que los que controlan el poder. No su puede hablar de lucha porque así hablan ellos y entonces sería entrar en su juego. Las herramientas tienen que ser otras. Como no haya un cambio personal es muy difícil que haya un cambio general porque ellos tienen todas las herramientas: económicas, políticas, de comunicación… y a menudo hasta nosotros nos contaminamos. Estamos jugando a lo que ellos quieren y eso lo debemos de cambiar.

Valor humano:
El alma. Es la única vía que tenemos de conexión con el espíritu en el sentido de algo que nos transciende. El alma se encuentra envuelto en el cuerpo y eso es lo que nos lleva por la calle de la amargura. El alma es magnífica pero el resto, lo que es nuestra mente, nuestro cuerpo, ahí tengo mis dudas porque el hombre es un depredador. El alma es la esencia fundamental pero si no hay educación en valores o en cultura, no vamos a hacer nada. Somos depredadores y territoriales que además, no estamos dispuestos a compartir, es algo natural. Solo a través de la educación se corrige y por eso están tocando tanto en ese terreno. Se habla de educación cultural y sexual pero ¿dónde queda la educación emocional? hay mucho que extraer de la relaciones personales, la educación energética y las relaciones sentimentales. Pero eso no interesa.

http://www.youtube.com/watch?v=64zQj_h1Rvo&feature=youtu.be

domingo, 27 de mayo de 2012

Isabel Cintas da nombre y voz al pasado




Hace 20 años que la Catedrática en Lengua Castellana y Literatura, Isabel Cintas, se atrevió a investigar el fascinante mundo de Chaves Nogales.

Nada se sabía de este escritor y periodista sevillano hasta que, a través de la biografía de Belmonte, llegó a los oídos de Isabel. Aconsejada por el profesor Reyes Cano, la investigadora Isabel Cintas escogió a Chaves para su tesis y, desde el año 1990 hasta nuestros días, han caminado de la mano.

Poco a poco, este periodista adelantado a su tiempo, autor de innumerables obras y responsable de una gran labor como reportero, corresponsal, cronista, literato y articulista, se está dejando conocer y dando mucho de qué hablar. Gracias al gran trabajo de investigación de su autora se están recopilando innumerables tomos y fragmentos que, durante años, quedaron en el olvido como el propio nombre del escritor.

Chaves Nogales fue un periodista que desde muy joven comenzó a escribir. Un comunicador de a pie que salía en busca de la noticia siempre acompañado y preocupado por las imágenes, y que buscaba los sucesos in situ. Durante su estancia en Sevilla, publicó en varios periódicos como el Liberal o el Noticiero Sevillano, luego siguió escribiendo para la Voz de Córdoba hasta concretar su estancia en Madrid donde fue director del cotizado Diario Ahora.

Republicano convencido y defensor de la verdad, al estallar la Guerra Civil salió del país hacia Francia y, a pesar de las dificultades con el idioma, consiguió trabajar rápidamente. Los problemas políticos con Alemania le hacen huir a Inglaterra, donde pasará el resto de sus días. Aún así, trabaja para innumerables periódicos y hace colaboraciones con casi toda Latinoamérica.

Chaves Nogales, amigo de grandes literatos como Valle-Inclán, Ortega y Gasset y Azaña entre otros, viajero, periodista innato y pionero en tomar fotos aéreas documentadas, ha caminado entre la literatura y el periodismo, aunque siempre se definió como un periodista imparcial y un republicano defensor de la Democracia.

A pesar de su prematura muerte, tuvo una vida muy intensa y eso es precisamente lo que Isabel Cintas ha puesto de relieve. Este año, la Feria del Libro de Sevilla ha querido homenajear al periodista y poco a poco va tomando renombre. Aún así, es imposible olvidar a su autora que el año pasado publicó la biografía de 'Chaves Nogales, el oficio de contar' y que, con paciencia y esfuerzo, ha conseguido despertar en el periodismo actual la esencia de una figura olvidada.

¿Por qué eligió a Manuel Chaves Nogales como protagonista de su tesis?

Me lo recomendó el profesor Reyes Cano de la Facultad de Filología. Me dio los datos que él tenía y, a partir de ahí, empecé mi trabajo de investigación. Se conoce muy poco sobre Chaves. Ahora parece que todo el mundo lo conoce, pero cuando yo empecé era un hombre completamente desconocido. No había rastro de él. La producción de Chaves consistía en publicaciones semanales o diarias siempre a pie de los acontecimientos. En principio, la primera cosa que encontré fueron libros donde estaban recogidos algunos reportajes y publiqué dos tomos de obras narrativas. Según iba avanzando el conocimiento sobre Chaves y concluí la tesis, descubrí que no sólo no estaba agotado, sino que estaba al principio de la investigación. Comencé la búsqueda en periódicos de los que tampoco tenía noticia alguna. Había que trabajar a ciegas en un proceso lento y complicado.

¿Cómo fue el proceso de investigación y recopilación de la información?

Aquí rastreé todas las hemerotecas. Empezando por la biblioteca municipal de Madrid, la nacional y los distintos archivos españoles. Pero para encontrar esas colaboraciones en periódicos latinoamericanos hice las búsquedas fundamentalmente en las bibliotecas de París y Londres. He visitado, a su vez, muchos centros de investigación, como la BBC, la agencia Reuters con las que Chaves tuvo una estrecha colaboración, y he ido a América latina, Argentina y Uruguay para hacer la búsqueda en estos países.
En Brasil, Cuba o Guatemala me he servido de la colaboración de hemerotecas. Ha sido un proceso complejo y complicado. Chaves no ha estado a la altura de cualquiera, ni se sabía nada de él. Podría decirse que he llevado a cabo una arqueología filológica, donde iba escarbando hasta ir encontrando qué escribió y dónde lo escribió. Un duro y largo trabajo ya que a menudo ha faltado la colaboración pero a pesar de todo ha sido una experiencia muy enriquecedora.

Tras 20 años y un duro trabajo como periodista de investigación y escritora, ¿se siente satisfecha?

Nunca esperé que tuviera esta repercusión, porque no es lo que he vivido. El hecho de que ahora mismo sea tan reconocido me satisface enormemente como cualquier investigador que esté metido durante años en su laboratorio o taller y que, de pronto, ese algo sea reconocido por el gran público. Eso es maravilloso, pero a pesar del orgullo que yo pueda sentir, Chaves sigue estando ahí y sigue llamando a la puerta de muchos, porque aún queda mucho por descubrir, como de otros periodistas prácticamente olvidados con los que me he ido encontrando a lo largo de este trabajo.

¿Cómo siente que su nombre vaya ligado al escritor?

Me da mucha vergüenza. Estoy siempre escondida porque es Chaves Nogales el que yo quiero que se reconozca y yo soy una mera transmisora. Lo que me gustaría es que la gente, la juventud, quisiera seguir investigando sobre Chaves Nogales. Es una labor tan amplia que no debe ser trabajo de una sola persona.

¿Por qué Chaves Nogales ha sido tan poco conocido hasta ahora?

Hay que pensar que no se podía hablar de él. Una semana después de su muerte, en el año 44, el Tribunal de Represión de la Masonería y el Comunismo sacó un bando buscándolo en rebeldía y continuó con el expediente de condena abierto hasta los 60. De manera que Franco lo andaba buscando y, por lo tanto, no iba a permitir que en España se publicaran sus obras. Fue muy conocido a nivel mundial, pero durante esos años los únicos libros que se siguieron publicando fueron 'Belmonte' y 'A sangre y Fuego'. En España únicamente se siguió publicando la biografía de 'Juan Belmonte. Matador de toros, su vida y sus hazañas', ya que era un libro ascético, en cierto modo.

Chaves Nogales, ¿periodista o escritor?

Chaves Nogales es un periodista. Así se declaró y así se consideró a sí mismo. "Yo soy un periodista, no soy un literato pasado al mundo de la prensa", decía. Él tuvo una formación literaria como todos los jóvenes que se dedicaban a las letras y al periodismo. Por aquel entonces no había una formación reglada de periodista y se dedicaba al periodismo todo el que tuviera dotes para escribir. El periodo que va desde principio de siglo hasta la Guerra Civil está lleno de literatos que, como decía Unamuno, podían escribir libros, pero si querían cenar tenían que recurrir a la prensa. Baroja, Unamuno, Valle-Inclán, Ortega… todos son escritores que publicaban artículos, y era muy habitual.

¿En qué punto confluyen la literatura y el periodismo en Chaves?

Él personalmente no era un escritor. Se había formado durante el tiempo que estudió en Sevilla en la literatura y, además, era un gran lector, pero concebía el principio de periodismo como algo a pie de la realidad, portador de independencia, desprovisto de petulancia y mucho más sencillo que la labor del literato. En la literatura se puede buscar la belleza de la expresión, la trascendencia del personaje e incluso apoyarse en la ficción para intensificar sus textos, pero el periodista tiene que actuar con la realidad y luego, un concepto muy nuevo que aprecia Chaves, es el periodismo de independencia. Chaves siempre defendió un periodismo que no era literario pero en su producción hay una propensión a la literatura que no es literatura como tal sino la búsqueda de una expresión bella y cuidada. Una búsqueda de un hilo argumental al que se atiende mucho, porque hay un concepto profundamente pedagógico en el trabajo de Chaves. De hecho, él decía: "quiero despertar en mis contemporáneos el interés por los grandes acontecimientos de nuestro tiempo". Ese interés por hablar del tiempo lo presenta con los elementos propios y decorativos de la literatura.

‘La defensa de Madrid’ ha planteado una polémica entre los críticos, ya que Chaves no estuvo presente cuando lo escribió. ¿Dejó volar su capacidad inventiva?

Es un libro escrito a pie de acontecimiento. Si estaba o no estaba en Madrid eso ya no lo sé, aunque tengo razones para creer que entrevistó al general Miaja en el búnker antes de su marcha. Es un poco difícil que estuviera, pero también tiene tanta fidelidad en lo que cuenta que tres personas que estuvieron allí dentro dicen que sólo habiendo estado se sabe todo lo que pasa. Por ejemplo, me ha llegado una carta de un personaje de México que es un sobrino del General Miaja. Él era secretario general de Miaja y me mandó un libro escrito por él sobre la defensa de Madrid. En su carta, además, añade un epígrafe que quiere añadir en la próxima edición: "Solamente habiendo estado allí se sabe que ocurrió". Ahora, que se trate de un hombre mayor que se deja llevar por el entusiasmo de algo que vivió y que le resulta tan próximo, eso ya no lo sé.

Por otro lado, el sargento López, que estaba también en el búnker, escribió un libro 8 años después de Chaves y copia párrafos textuales de él. Al final da exactamente igual que estuviera o no. Lo importante es el estilo que de Chaves Nogales se recoge en ese libro. Una obra llevada a la emergencia, a la situación límite y al drama que vive España en esos días. Además de sacar a la palestra pública el trabajo del General Miaja que siempre ha estado muy escondida.

Chaves Nogales ha sido considerado como un periodista callejero y un adelantado a su tiempo. ¿Cómo afecta esa figura al periodismo actual?

Lo que veo de la actividad periodística es que es muy sedentaria. No creo que haya muchos periodistas que se hayan ido ha Grecia a informar y a preguntar a la gente qué es lo que está ocurriendo. Sin embargo, yo creo que chaves Nogales sí hubiera ido directamente allí. Hubiera dejado al margen la visión de las agencias que pasan por el filtro de la Unión Europea y hubiese demandado el contacto directo con la realidad. Ésa es una marca fundamental del periodismo de Chaves y de otros muchos que a lo mejor no son muy conocidos pero que en un época sí ejercieron ese periodismo. Entonces, el periodismo de hoy me parece un periodismo de agencia, donde en el mejor de los casos se recompone la noticia a base de mucha información. Es decir, el periodista es un tapiz que recoge la máxima información, la procesa y divulga, pero siempre a través de lo que le llega y no de andar por el terreno. Y la verdad es que no sé si hoy sería posible realizar ese tipo de periodismo.

Chaves Nogales se acercaba a la noticia hasta sus últimas consecuencias. ¿Condicionaba eso su posicionamiento ideológico posterior?

Él siempre se documenta, lee los periódicos, habla con otros periodistas y finalmente sale a la calle. De manera que hay una conclusión de puntos de vista. Chaves también recurre a altas estancias. Por ejemplo, cuando en España se instauró la II República y hubo una primera crisis, lo primero que hizo fue hablar con todos los ministros de gabinete del Gobierno. Así, uno por uno, sacó en la prensa entrevistas larguísimas en las que comentaba cómo los ministros veían la instauración de la República. Por supuesto, también recogió la opinión de gente de la calle, pero él hacía mucha información parlamentaria. Del trabajo de Chaves Nogales sólo tenemos recogido lo que lleva firma, pero hay muchos otros que no tenemos. La labor de Chaves es amplísima y fue un hombre de una vida corta, pero todos los días de su vida los dedicó a escribir para el periódico.

Si Chaves Nogales viviera en nuestro tiempo, ¿sobre qué cree que escribiría?

Sobre los grandes temas que nos preocupan. Sobre la crisis seguro que hubiera tomado ya una postura y casi puedo asegurar que en contra del capital y a favor de la gente. Siguiendo lo que es de autentica la voz de la gente, por ejemplo el 15-M. Me imagino que si ahora fuera un chaval como lo era entonces estaría metido en todas estas cuestiones. Él nunca se echaba para atrás, pero sí que era muy crítico y no tenía actitudes partidistas, y eso es lo que hoy lo salva, el no declararse partidario de ningún extremismo sino intentar buscar la ecuanimidad, el dialogo y la reconciliación. Era muy dialogante y pensaba que más allá de la democracia y el parlamentarismo no había nada, ya que eso son los grandes valores que tenemos.

¿Encuentra en la actualidad a algún periodista que se asemeje a Chaves Nogales?

Iñaki Gabilondo, por esa imparcialidad y como él, Chaves Nogales también estaría en Manchuria, porque esa búsqueda de la imparcialidad o la defensa de la verdad muchas veces no gustan y Chaves no estaría en honor de multitudes. Estaría, quizás, considerado un buen periodista, pero tiene un punto de heterodoxo que lo situaría en un punto de crítica por parte de mucha gente.