miércoles, 14 de noviembre de 2012

Mar de pescadores

A las afueras de Barranquilla, donde el mar se une con el río Magdalena y lo mancha de un oscuro ceniza, se encuentra una población pesquera que vive inmersa en el mar y sus aguas; fuente de vida en el día a día de los pescadores.

El paisaje, encauzado por el mar Caribe a la izquierda y el río Magdalena a la derecha, invita a un embriagador paseo colmado de señas marítimas y decoros costeños. Las casas de madera, construidas con los bienes naturales de la tierra y, los lugares enraizados para la pesca hacen de Bocas de Ceniza un lugar apacible y opulento para contemplar el trabajo diario de sus habitantes.

El interés por este lugar se remonta a 1824 cuando se dio la primera navegación fluvial con buques de vapor. Posteriormente, con la construcción del Ferrocarril Barranquilla-Salgar cincuenta y dos años más tarde y con el traslado de la Aduana Nacional, se llevó a cabo la construcción de un paso artificial que abriera y habilitara el sector de Bocas de Ceniza para el comercio marítimo.

Sin embargo, a este fragmento lineal de tierra y rocas se le une no solo la actividad comercial sino la turística. Gracias a las vagonetas impulsadas por motor que recorrer las vías del camino, muchos curiosos y visitantes pueden llegar hasta la punta y contemplar como el mar se tiñe de color debido a los desechos que el río desborda sobre el plato infinito.






Los pescadores echan la malla al mar y aguardan en el agua a que la pesca sea productiva.




Las mujeres participan en la recogida del pescado y comercializan con él buscando las mejores ganancias.




El contraste con la ciudad industralizada y comercial es palpable en cada esquina del camino.



Los más pequeños también participan en la pesca y aprenden desde muy joven las trabas del oficio.



El trabajo se nota en la piel curtida de cada pescador que labran en sus orillas el presente de cada día.



El joven, recreando una imagen tradicional y duradera en el tiempo, lanza la tanza en la orilla del mar y espera coger un buen pescado.


El mar se tiñe de ceniza al chocar con el río justo en el límite, donde acaba el espigón de roca que los separa.



‘El viejo y el mar’ de Hemingway recuerda a esta escena en la que el viejo contempla desde su hogar la tranquilidad del mar.



En el camino, hay diversos lugares para degustar el pescado fresco recién cogido.



 El atardecer cae cada día en el embarcadero y los pescadores, poniendo rumbo a casa, finalizan la jornada.



Los niños también son protagonistas de este ciclo, su agilidad y viveza representa una parte importante para ayudar a los mayores.





El día, casi coincidiendo con la noche, da paso al cielo oscuro, y la luz se oculta tras el horizonte del mar.

martes, 13 de noviembre de 2012

La Margarita_Flashback

Flashback


Flashback significa o hace referencia a algo que ya se ha vivido, un regreso o retorno a una emoción, sensación o historia que se pasea levemente en el recuerdo. A través de Flashback se cuenta un viaje cuyo hilo conductor son unos pies; unos pies que simboliza ese caminar diario que hacemos para crecer, para descubrir. Ese camino por el que pasamos a veces seguros o inseguros, alegres o tristes, enamorados o despechados, a veces incluso sin saber que al caminar estamos haciendo camino (como ya decía Antonio Machado en Caminante no hay camino). Caminos que nos llevan a nosotros mismos, a desvelarnos tal y como somos, a buscar incesantemente hacia dónde vamos para encontrarnos finalmente con un retorno: una vuelta al origen. Dentro de la disparidad y las diferencias entre los seres humanos, esa confrontaciones culturales, étnicas, religiosas o políticas... nos encontramos con que todos estamos hechos de lo mismo y esas distancias se pierden en el momento usamos los ojos para mirar, la boca para besar, las manos para acariciar o los pies para caminar.

Como en el viajes de Ulises en la Odisea, los hombres pasan por dificultades en el camino que los hace crecer y madurar, pero también pasan por la esencia, la plenitud y la belleza de la vida que los hace amar. Así, ante esa búsqueda incesante que nos hacemos en a lo largo de nuestra vida ¿quién soy?, ¿hacia dónde voy? ¿De dónde vengo? y en ese ruidoso camino por llegar a encontrar respuestas, nos topamos con el retorno a los orígenes: La primera mirada (la inocente mirada de un niño que se pregunta por qué se necesita calzado para andar o ropa para vestir si la naturaleza viene desnuda). Aún así, el video termina con unos pies que siguen caminando y salen del plano, por lo tanto, deja la sensación de que los pasos, a pesar de haberse encontrado, seguirán en el camino. La metáfora del mar y las olas simboliza el devenir de la vida. Ellas también se retrotraen en una búsqueda para desembocar rompiendo en la costa entre la espuma y el salitre y dejan, por un tiempo efímero, la huella en la arena; como nuestro pasar por la tierra, que es como una danza en la orilla que luego se borrará por la brisa y las nuevas olas al pasar.

'La Margarita' es el grupo que protagoniza y camina al compás de las notas en su transcender hacia un viaje que apenas está comenzando. Ellos pasean por él casi desapercibidos y sin saber que sus andares están dejando señas que otros rastrearán en un futuro. La idea del tiempo, el viaje, el camino, la danza, la música o el mar junto con la llegada y la incertidumbre de no saber a dónde llegas (pero saber que estás en el buen camino) es la esencia que pretende mostrar el clip.

Paula Romero González