A menudo, y muy a mi pesar, los
medios de comunicación tienen la fea costumbre de elogiar o por el contrario,
desmoralizar a cualquier personaje relevante que lleve la etiqueta de
conflictivo o incite al debate social. Sin embargo, a veces el sensacionalismo
llevado al extremo resulta chirriante hasta para los más curiosos del corazón.
Ahora, resulta que Merkel es una
ciudadana más. El pasado viernes, la canciller alemana fue pillada infraganti
en el supermercado y, qué gran desfachatez que ella misma llevaba la bolsa de
la compra y elegía entre el maremoto de verduras y legumbres la más frescas
para el próximo guiso.
No es que me sorprenda, todo lo
contrario, yo lo hago dos veces por semana y además me echo a las ofertas más
ridículas. Lo que me sorprende y asusta es que esa anécdota tan irrelevante como
sospechosa ocupe sitio en uno de los periódicos más leídos y emblemáticos del
país y se encuadre dentro de la sección internacional.
Nos gustará saber que Merkel,
como tantos otros, también va a hacer la compra y seguramente lavará, planchará
e incluso puede que hasta haga la cama entre otras de sus tareas matutinas. Y
es que con tantas reuniones, vuelos y decisiones que rigen el futuro de Europa se
nos olvidaba que entre otras cosas, también es ciudadana.
Pero lo más escalofriante aún es que
muchos pensarán que dónde está su coletilla de servidumbre para hacer todo el
trabajo sucio que le quitan tiempo para coger al toro por los cuernos. Seguramente
les dio el día libre.
“Como una ciudadana más titula”
el ABC ¿y quién dijo que no lo fuera? Me pregunto yo. La creciente especialización
de los medios de maquillar sensacionalmente a los heroicos traficantes del
destino ético-moral y económico-social es tal vez, la lucha abierta más latente
de los tiempos. Y eso unido a la idealización de los mandatarios políticos que
nos condena a reconocer nuestra inferioridad como ciudadanos en un mundo hecho por
y para todos. Hasta ahí la teoría.
¿Veremos también a Sarkozy, Obama, Rajoy o Esperanza Aguirre…
eligiendo entre merluza o panga, brocheta o pechuga? No creo. Si no, siempre nos quedará la prensa para sorprendernos.